lunes, 2 de noviembre de 2015

Incendio.

En mi cama arde tu recuerdo, en mi piel queman tu besos.
Tú  no estas.
Te beso en la distancia, y te pienso como si solo viviera para eso.
Estoy en casa, no en mi hogar. Mi hogar eres tú, qué estas lejos.
Las paredes me tragan, aquí solo hay olvido y soledad.
Ganas que se comen entre sí, locas por verte.
No llegas, y mis labios susurran tu nombre. Son mil intentos desesperados para que regreses.
Necesito mi hogar.
Te extraño.
Aqui, solo hay un incendio enorme negado a apagarse. Es qué no puede, no sabe cómo, mis caderas aun no se acostumbran a estar solas.
Mis muslos estan hartos de apretarse solos.
Mi boca, yace en cenizas.
Todo empezo a arder, el día que te fuiste de madrugada... y no para.
Tú no regresas, y no para.
Quema, arde y duele.
Jamas un infierno me habia quemado tanto.
No quiero que se apague nunca.
Quizas aun tengas ganas de apagarlo.
De apagarnos.
Yo te espero.

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