domingo, 8 de noviembre de 2015

Quiero que te quedes.

A mi me encanta esconderme bajos tus besos.
Cuando los monstruos que viven en mi; que no son mas que miedos, decepciones, cicatrices de viejos amores, empiezan a danzar dentro de mi cabeza. Solo basta un par de besos y se calman.
Imagina, si yo pudiera describir lo que siento al abrazarte, tendría que inventar una nueva Real Academia Española, no hay palabras, no hay expresiones. Ni siquiera mi sonrisa lo explica.
Solo hay paz. Estas tú, estoy yo, estamos juntos. El contacto mas intimo posible.
Allí, en la comisura de tus labios, ese es mi lugar favorito para reír.
Entre tus piernas, el favorito para vivir.
Entre tus brazos, para morir.
Entre tus besos, renacer.
Eres cielo, eres aire, eres mar, eres mi utopía personal.
Mía.
Mío.
Tuya.
De los dos.
¿Como negarse a vivir así?
Me debes tres besos desde la ultima vez que te fuiste.
Siempre estoy, siempre te espero.
Siempre estas, siempre regresas.
Ven, hay un par de cosas que olvide decirte la ultima vez. Necesitamos estar en privado.
Si quieres te desnudas, no me opongo.
Necesito que estés.
Necesito que te quedes.
Eres tú, soy yo, no hay más.
Hay un mundo en cada cabeza, unos los conozco, otros aun no, y no estoy ni cerca de querer descubrir alguno.
Ninguno me atrae, ninguno me emociona, solo el tuyo.
Te necesito siempre.
Cada minuto de amor, te pertenece.
Hay algo en ti que logra mucho en mi.
Me desarma. Me besaste el alma como ninguno.
No quisiste arreglar mis pedazos, me amaste tal cual, adoraste cada uno de ellos.

Siempre estas, siempre regresas.
Siempre estoy, siempre te espero.









lunes, 2 de noviembre de 2015

Incendio.

En mi cama arde tu recuerdo, en mi piel queman tu besos.
Tú  no estas.
Te beso en la distancia, y te pienso como si solo viviera para eso.
Estoy en casa, no en mi hogar. Mi hogar eres tú, qué estas lejos.
Las paredes me tragan, aquí solo hay olvido y soledad.
Ganas que se comen entre sí, locas por verte.
No llegas, y mis labios susurran tu nombre. Son mil intentos desesperados para que regreses.
Necesito mi hogar.
Te extraño.
Aqui, solo hay un incendio enorme negado a apagarse. Es qué no puede, no sabe cómo, mis caderas aun no se acostumbran a estar solas.
Mis muslos estan hartos de apretarse solos.
Mi boca, yace en cenizas.
Todo empezo a arder, el día que te fuiste de madrugada... y no para.
Tú no regresas, y no para.
Quema, arde y duele.
Jamas un infierno me habia quemado tanto.
No quiero que se apague nunca.
Quizas aun tengas ganas de apagarlo.
De apagarnos.
Yo te espero.